Hay algunas enfermedades ante las cuales los padres de mascota deben permanecer alerta. Desafortunadamente, algunos virus podrían convertirse en letales, afectando no sólo la salud de tus engreídos, sino cobrando también sus vidas. Por esto, es indispensable conocer los síntomas de la rabia canina y saber cuándo actuar tratándose de este problema.
Al igual que ocurre con enfermedades como la parvovirosis o el moquillo, la rabia debe tratarse de forma preventiva, con un esquema vacunal anual que garantice que tu perro está protegido. Hoy te explicaremos las características de esta enfermedad, cómo se transmite y qué hacer si tu mascota la contrae.
Lo primero que debes saber es que se trata de una enfermedad mortal. Consiste en un virus muy antiguo que afecta principalmente a los mamíferos, por lo que los humanos también pueden contagiarse. Podemos encontrarla también en algunas aves.
La rabia es una enfermedad que existe en todo el mundo, aunque la rigurosidad de las normas de algunos países logró controlarla. Inglaterra, Japón y Australia son un buen ejemplo de esto. Este virus ARN se transmite a través de la saliva de los animales infectados.
Lo que queremos decir con esto es que cuando aparecen los síntomas de la rabia, podemos estar seguros de que el perro la contrajo luego de una mordedura o el contacto de la saliva con membranas y mucosas.
Una vez el virus entra en contacto con el cuerpo del animal sano, avanza hacia el sistema nervioso central y sus glándulas salivales. Los síntomas de la rabia pueden comenzar a manifestarse luego de que transcurren de 2 a 24 semanas.
La rapidez con la que avance la enfermedad dependerá de cuán cerca está la mordedura o lesión del sistema nervioso central.
Lo primero que debes saber, antes de hablar de los síntomas de la rabia y cómo puedes identificarlos, es que la enfermedad se divide en tres fases. En algunos casos las etapas del virus pueden solaparse. En otros, se pasa de la fase inicial a la crónica.
No todos los animales tienen la misma evolución y en ciertos casos el progreso de la enfermedad es más acelerado que en otros.
Esta etapa sólo dura unos días, sin embargo notarás los primeros cambios en el comportamiento de tu perro. Uno de los principales problemas con la rabia, es que es difícil detectarla al principio, porque los síntomas no son del todo claros, especialmente cuando el animal pasa de comportarse con timidez a ser muy amoroso.
Sí, es verdad que algunos animales comienzan a comportarse de un modo más inquieto, como si estuviesen todo el tiempo asustados. Se vuelven sensibles a la luz (fotofobia), al agua (hidrofobia) o a los ruidos fuertes. Otros animales más reservados, comienzan a actuar de un modo muy amoroso.
También notarás un aumento de la salivación que ocasiona dificultad para tragar, pérdida de apetito o actitud distante.
Es conocida también como el estadio de la rabia furiosa. Aquí verás cómo tu perro se vuelve sumamente irritable y agresivo. Está desorientado, actúa nervioso, muerde o ataca, volviéndose peligroso.
El aumento de la salivación, así como la dificultad para tragar, se hacen cada vez más graves. Pueden presentarse convulsiones y falta de coordinación muscular.
Esta es la fase final de la enfermedad y se caracteriza por la parálisis. Esto lleva a la mascota a entrar en estado de coma y poco tiempo después el animal muere.
No hay forma de determinar la esperanza de vida de un perro que ha contraído la enfermedad. Como dijimos antes, esto dependerá del lugar en el que se haya producido la mordida. Por lo general, desde que la enfermedad entra en su fase inicial hasta que escala a la rabia paralítica, pueden pasar de 15 a 90 días.
Una vez que la enfermedad se ha manifestado a través de la rabia furiosa, la mascota podría continuar con vida alrededor de 10 días. Notarás que el animal paulatinamente va perdiendo la coordinación muscular, comenzará a paralizarse, hasta que le sea imposible moverse.
Desgraciadamente, no. Incluso en algunos países es penado cualquier intento por mantener con vida a un animal con síntomas de la rabia. ¿Por qué? Porque se considera un virus altamente infeccioso y de gran peligrosidad, no sólo para otros animales, también para humanos.
La rabia es una enfermedad de notificación obligatoria, por eso, si se presume que el perro está enfermo, hay que hablar con las autoridades pertinentes cuanto antes. Mientras el perro está vivo, los síntomas son sólo tentativos.
Se presume que un animal que tiene cierto historial médico, que no ha sido vacunado contra la rabia y que comienza a manifestar una conducta agresiva inusual, así como una salivación excesiva, ha contraído la enfermedad.
Lo único que puede garantizar que tu perro está a salvo de una enfermedad como esta es la vacunación a tiempo. Desde que tu perro es un cachorro, debes seguir al pie de la letra el esquema vacunal propuesto por tu veterinario.
Debes tener presente que los cachorros son más vulnerables a este virus. Una vez has culminado el esquema vacunal de tu cachorro con sus respectivas dosis, deberás estar atento al refuerzo anual.
Sólo mediante la medicina preventiva puedes mantener con bien a tu peludo. Del mismo modo, evita que tenga contacto con perros desconocidos o que se aproxime demasiado a ellos. Una mordedura, el intercambio de saliva, o lamidas en lesiones, pueden ser medios de transmisión para la rabia.
Mantente alerta, cuida la salud de esta mascota y prevén la aparición de virus letales. De ti depende el bienestar de tu perro y, en el caso de una enfermedad como esta, la seguridad de tu comunidad.
Referencias:
Zooplus (S/F). Rabia en perros. Zooplus. Recuperado de: https://www.zooplus.es/magazine/perros/salud-del-perro-y-cuidados/rabia-en-perros
PetCare (2020). Rabia en perros y gatos. Petcare. Recuperado de: https://essentialspetcare.com/es/rabies-in-dogs-and-cats/
Sanidad Melilla (S/F). Rabia canina. Sanidad Melilla. Recuperado de: https://sanidadmelilla.es/rabia-en-perros-sintomas-contagio-y-tratamiento/
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